Cachorro López reversiona a Los Abuelos de la Nada en “el mejor trabajo” de su carrera

Termina de reescuchar el disco en su estudio del barrio de Saavedra y confiesa: “Estoy muy contento con el resultado. Es más, creo que es el mejor trabajo de mi carrera como productor”. Si Cachorro López, productor con más de una docena de Grammy en la biblioteca, siente que tiene entre manos uno de sus álbumes más logrados, debe haber algo en estas trece canciones con las que revitalizó el legado de Los Abuelos de la Nada, su banda de juventud. En enero pasado, Cachorro ya había contado entretelones de Éxtasis total. Las canciones de Los Abuelos de la Nada en una entrevista con ROLLING STONE. Aunque hace tiempo que trabaja en este disco, lo vuelve a escuchar y cierra los ojos, marca el ritmo con el pie y mueve la cabeza como la primera vez.

El álbum no solo homenajea a las canciones de Los Abuelos sino que las reimagina y reinventa. No son covers sino versiones, con nuevos ritmos e incluso algunas nuevas partes. “No soy un tipo clavado en el pasado, pero admito que este laburo me resultó super personal –dice Cachorro–. Reencontrarme con estas canciones fue muy lindo; me di cuenta de que muchos músicos que participaron no habían nacido cuando existían Los Abuelos. También fue buenísimo volver a trabajar con Andrés Calamaro (López le produjo La lengua popular y Bohemio a su excompañero en Los Abuelos), sentir que estaba apadrinando el disco. Le puso el nombre y grabó cuatro canciones. Eso empujó mucho”.

López no se privó de nada en la producción de Éxtasis total. Reunió a los Abuelos Calamaro, Daniel Melingo y Gustavo Bazterrica junto a un seleccionado de talento: Lali, Bandalos Chinos, Ale Sergi, El Zar, Zoe Gotusso, Trueno, Emma Horvilleur, Vicentico, Auténticos Decadentes, Julieta Venegas y más. El álbum tiene canciones de todos los discos de la banda. Tres del debut (1982), cinco de Vasos y besos (1983), tres de Himno de mi corazón (1984), uno de Los Abuelos en el Ópera (1985) y uno de Cosas mías (1986, en el que no participaron Calamaro, Bazterrica, Melingo ni López).

Sentado frente a la consola del estudio, Cachorro se dispone a comentar cada uno de los tracks.

1. No te enamores nunca de aquel marinero bengalí

Andrés Calamaro, Gustavo Bazterrica, Daniel Melingo

La base electro, los teclados y el beat los hice con Demi [Demián Nava]. Andrés tocó el teclado y fuimos armando la canción con capas. Es el tema en el que estamos todos, Andrés, el Vasco, Dani y yo. Me gusta mucho que Daniel sea el que abre el tema con el poema que leía Miguel: “Yo te recuerdo, cariño, mucho fuiste para mí, siempre te llamé mi encanto, siempre te llame mi vida… ¡Marilú!”. La canción original fue compuesta por toda la banda y creo que esta versión tiene un feeling similar. Me acuerdo cuando la compusimos, yo tenía la estrofa y el puente, la parte de “Señor santo del cielo”, Andrés sumó la parte de “no te enamores”, Miguel armó la letra restante y el Vasco le puso esa parte de la guitarra. En esta versión Melingo toca el clarinete, Andrés llega a rapear y hay un muy lindo solo del Vasco. Los coros los canta Zoe Gotusso.

2. Sin gamulán

Zoe Gotusso

Trabajé con Zoe en su último disco (Cursi) y quedamos amigos. Me gusta mucho su voz y cómo se acomoda en las melodías. Le dí a elegir y… ¡eligió lindo! [risas], “Sin Gamulán” le calza perfecto. El bajo lo toqué yo y la base la armamos con Demián. Había dos versiones, la original en el debut de Los Abuelos y otra más pop en el disco en vivo en el Ópera. Siempre le tuve cariño a la original, porque es más reggae. Me acuerdo cuando Andrés la trajo al estudio; una linda sorpresa. Estoy muy contento con lo que quedó, tiene mucho vibe jamaiquino, slides muy lindos, mucho groove e inclusive algo de dub.

3. Sintonía americana

Emmanuel Horvilleur

Me gusta mucho la canción. Pasó algo maravilloso: los giros de Emma, su forma de cantar, me llevan a Miguel Abuelo. Le calza perfecto la canción, cada “caidita” y expresión. Otro punto importante es que me saqué el gusto de poner finalmente unos buenos brasses, que la versión original no tenía. Pude reemplazar aquel teclado por trompeta, trombón, saxofón, de todo. Creo que le hice justicia.

4. Tristeza de la ciudad

Julieta Venegas, Trueno

En esta canción pasa algo que me hizo acordar mucho a la época de Los Abuelos. Éramos una banda para el vivo, ensayamos mucho y, cuando tocábamos, fuera del estudio, pasaban cosas. “Tristeza” era una de esas canciones con una base, pero sin una estructura típica del pop; tenía secciones que se llenaban con nuestra performance en vivo. Tener a Julieta cantando es divino. Produje cuatro álbumes suyos. Y que Trueno haya aceptado participar fue un plus. Le mandé una versión corta del tema y él me mandó toda su parte con ese pequeño tramo. Me gustó que quisiera cantar también y que le hiciera una segunda voz al final; un buen cierre.

5. Así es el calor

El Zar, Andrés Calamaro

Fue de los primeros tracks que grabamos. Los chicos de El Zar eligieron primero… ¡Así que eligieron bien! Primero me acerqué con el bajo a su home studio. Pablo [Giménez] enchufó la guitarra, tiró un beat y Facu [Castaño Montoya] empezó a cantar. Así armamos la base, sobre la línea de bajo. No respetamos el arreglo original, pero me gusta el feeling medio Steely Dan. Andrés sumó coros armonizando y ese cierre arriba, casi al final de la canción.

6. Himno de mi corazón

Andrés Calamaro, Daniel Melingo

Compuse el ritmo original de “Himno” con una Roland TR-808 (de las primeras cajas de ritmos programables) de Charly García. Él la había usado para Clics modernos Yendo de la cama al living. Fui a la casa y grabé en una Tascam de cuatro canales algunos ritmos, incluido el de la versión original. Quise reemplazarlo por algo más moderno y la gente me decía que estaba loco, que lo dejara, y ahí quedó. En la nueva versión no está, pero tiene el alma de la original, con muchas capas de sonidos, el clarinete de Dani y la voz de Andrés, que une todo, con una performance espectacular. Andrés a esta altura canta como quiere, pero yo quería que esta canción sonara de una manera especial, sin tomarnos muchas licencias. Andrés tuvo el cariñoso y respetuoso gesto de delegarme el poder de frenarlo cuando se iba mucho. El tema tiene la inflexión de Andrés, pero la línea melódica de la canción sigue ahí. Me parece un lindo homenaje a Miguel. Los coros también son importantes, estamos Andrés, Melingo, Diego Mema, Zoe Gotusso y yo.

7. Hombre lobo

Miranda!, Andrés Calamaro

Una de las canciones que me gustaron volver a trabajar, porque en aquella época no estaba terminada y nos dimos cuenta de que ese estribillo valía oro. Sabía que Ale [Sergi] era muy fan de la original, por ende estaba bueno trabajar con él. Sumamos a Juli [Gattas] y la nueva parte de la canción quedó espectacular. Ahora ya está terminada. Andrés escribió la letra del final.

8. No se desesperen

Los Auténticos Decadentes, Gustavo Bazterrica

Si había una banda que tenía que estar en un homenaje a Los Abuelos eran Los Deca. La primera idea era que grabaran “Marinero”, pero ya la habían grabado en un disco suyo (ADN: Capítulo A, 2021). Ahora eligieron “No se desesperen”, que tiene un espíritu quilombero y ellos son los campeones en ese campo. La base se grabó en los estudios Del Abasto al Pasto con Álvaro Villagra, y lo terminamos acá. Me encanta cómo grabó Álvaro la batería; tiene una gran mezcla la parte de percusiones. La guitarra del Vasco es espectacular, tiene un sonido poderoso que sale de su mano; estira dos notas y ahí está, es un sonido que no puede salir de otro guitarrista.

9. Chalamán

Monsieur Periné, Daniel Melingo

Para esta canción me contacté con el dúo colombiano Monsieur Periné. Imaginaba que quedaría bien como una cumbia. Les mandaba demos e ideas, pero no se entendía. Al final armé un demo en casa, cantada por mí, explicando cómo sería el fraseo de la canción. Ese demo debe ser una abominación [risas], espero que nunca salga a la luz.

10. Mil horas

Lali Espósito

Tiene un estilo muy Daft Punk, que me encanta, pero también mantiene un respeto por la versión original. La estructura es muy parecida a la de Los Abuelos, sin muchos brasses pero con esa trompeta perezosa, más seductora y con esa textura de electrónica más oscura, que es el sonido de Lali. Le mandé la base cantada por otra cantante y le gustó mucho, así que me mandó el track desde España y quedó. Me encanta su estilo. Siempre me acuerdo cuando Andrés lo trajo al estudio, fue el éxito más grande de Los Abuelos.

11. Costumbres argentinas

Bandalos Chinos

Fue el anteúltimo corte antes de la salida del disco. Me gusta mucho cómo suena la guitarra de Iñaki (Colombo), le da fuerza. La voz de Goyo también le suma. La versión es bastante parecida a la original, pero un poquito más relajada en el tempo. Lo que me gusta es que tiene una guitarra acústica, un instrumento que no usamos con Los Abuelos. En un momento de la grabación Iñaki vio una guitarra barítono colgada en el estudio y la sumó al tema, eso le dio un color especial.

12. Cosas mías

Vicentico

Yo quería representar la etapa de Los Abuelos en la que no estuvimos nosotros y me parece que “Cosas mías” era un buen ejemplo. Traté de simplificarla y armé un groove más derecho. Tener a Gabi [Vicentico] cantando es algo muy especial; tiene amplitud vocal y cuando canta ahí arriba, forzado, es el campeón del mundo. La canción tiene un vocoder que usé en otras del álbum como “Sintonía”; no olviden que fuimos de los primeros en usar ese aparato, en “Hermana Teresa”, de Vasos y besos (1983). No sabíamos ni cómo usarlo, pero ahí está [risas].

13. Lunes por la madrugada

Ale Sergi, Conociendo Rusia

Tiene mucha textura de teclados, mucho rock y pop. Fue la canción que disparó este disco, la hicimos hace un tiempo para otro proyecto y la combinación de Ale [Sergi] con el Ruso [Mateo Sujatovich] es perfecta. La programación de teclados la hice con Demián Nava y, a diferencia de la original, tuve que repartir un poco para que ambos canten por igual; si tengo dos vocalistas, está bueno aprovecharlos. En esa época, Los Abuelos tocábamos mucho en clubes y discotecas, a veces hasta cuatro por noche. Recuerdo que el último show de la semana era el domingo muy tarde. Volver quemado y cansado del Gran Buenos Aires, de Pinar de Rocha, esa melancolía de ver cómo la ciudad vacía va despertando y vos estás volviendo. Eso es “Lunes por la madrugada”.

Fuente: Rolling Stone Argentina