Daniela Goggi y Rodrigo de la Serna presentaron en Venecia El rapto, un thriller político sobre la tensa Argentina de los años 80
“Proyección hermosa. Tuvimos muchísimas devoluciones, todas muy buenas. Es la primera vez que me toca estar en Venecia. Camino, camino y no dejo de pensar en la película de Visconti”. Al teléfono desde la inigualable ciudad de los canales, Daniela Goggi le cuenta a LA NACION sus impresiones iniciales como responsable de El rapto, la única película argentina seleccionada este año para participar del Festival de Venecia.
Junto a su protagonista, el actor Rodrigo de la Serna, y a los productores Benjamin Domenech (Rei Cine), Phin Glynn y Cindy Teperman (Infinity Hill), Goggi acompañó en la tarde del sábado en la sala Giardino, con capacidad para casi 600 espectadores, el estreno mundial de la película, que compite en la sección Orizzonti Extra. Un espacio dentro del Festival, según los organizadores, que incluye este año nueve títulos “caracterizados por sus esfuerzos innovadores y la búsqueda de originalidad creativa en la relación con el público”
El rapto narra la historia del regreso a la Argentina, en los albores de la democracia recuperada en 1983, de una familia que permaneció exiliada por razones políticas. Todas las expectativas de Julio Levy (De la Serna) y sus seres más cercanos experimentan un giro inesperado y dramático cuando su hermano es secuestrado. Allí comienza una larga y oscura negociación de la que Julio debe hacerse cargo.
La película, en la que también ocupan roles destacados Julieta Zylberberg, Jorge Marrale y Germán Palacios, viajará después de Venecia al prestigioso Festival de Toronto (con el título internacional de The Rescue), antes de su estreno en los cines argentinos previsto para el 26 de octubre. Poco después, en algún momento de noviembre todavía no confirmado, la película llegará a la plataforma de streaming Paramount+, responsable de la producción.
“Llegamos a esta historia por varios lugares. El primero fue la lectura de El salto de papá, pero no es el único. Esta historia sobre la vuelta de la democracia y la ilusión de una familia que regresa a un país que quería construirse de nuevo tiene varias fuentes, porque se trata de una historia de ficción”, explica Goggi.
La directora cuenta que la novela biográfica familiar de Martín Sivak le permitió poner en movimiento una pregunta que venía haciéndose desde hace tiempo: ¿qué pasa en un país que recupera de un día para el otro la democracia con las instituciones que venían operando previamente como respaldo del poder militar? ¿Las fuerzas policiales, el Ejército, los grupos de inteligencia iban a poder cambiar su ideología?
“Los personajes de esta historia se mueven entre el deseo y las operaciones de esas fuerzas oscuras que todavía no fueron purgadas. Y los secuestros extorsivos son la muestra más clara de que la democracia todavía era muy débil. Hay varios casos emblemáticos: Pescarmona, Naum, todos los secuestros del clan Puccio”, explica Goggi.
En su trabajo previo como realizadora, la miniserie sobre el caso de María Marta García Belsunce, Goggi también explora cómo se altera por completo la vida de una familia a partir de un caso policial, además de las relaciones entre ese grupo familiar y las instituciones encargadas de la investigación. “Pero esta situación es muy diferente –aclara la realizadora-. La serie sobre el caso María Marta era un true crime, directamente confeccionado a partir de un solo hecho, siguiendo los expedientes judiciales y con un trabajo textual sobre el relato familiar y varias entrevistas que dieron sus integrantes. El rapto, en cambio, es una ficción, no pretende reflejar un hecho único”.
Goggi define El rapto como un thriller político, mirado desde el punto de vista de una familia, y con el foco puesto en contar cómo operaba lo que a partir de ese momento se llamó mano de obra desocupada. “Nos tomamos muchas licencias. Trabajamos no solo con la novela biográfica como fuente. También lo hicimos con las noticias de la época y con los expedientes judiciales. La serie sobre María Marta hablaba de la justicia, El rapto habla del poder. De cómo las instituciones tardan en actualizarse cuando hay un cambio de régimen”, agrega.
El rapto llega al Festival de Venecia exactamente un año después de la presentación mundial dentro de la competencia oficial de 2022 de Argentina, 1985, otra producción nacional de alto perfil conectada desde su temática a los problemas que enfrentaba la joven democracia argentina recuperada en 1983, todavía expuesta al poder que conservaban algunos sectores ligados a la última dictadura militar. Este año le toca al director de Argentina, 1985, Santiago Mitre, ocupar un lugar en el jurado de la sección oficial competitiva. La única presencia argentina en la Mostra aparece, mientras tanto, en una sección competitiva paralela.
“Con Santiago –dice Goggi- pertenecemos casi a la misma generación y viajar al inicio de esta democracia también sin dudas nos lleva a preguntarnos por la actualidad política. Mientras su película está centrada en el Juicio a las Juntas, con un texto reconocido y emblemático como el informe de la Conadep como referencia, la cuestión de los grupos de tareas sigue siendo un tema tabú. En mi película trato de mostrar cómo ese accionar, a través de secuestros extorsivos, ponían en riesgo a la democracia y también a muchas personas, llevadas a la fuerza a los años más oscuros, de nuevo al centro de una tragedia de la que no podían escaparse”.
Goggi escribió el guión con la destacada actriz y directora teatral Andrea Garrote, que también ocupa un lugar clave en la trama con su personaje dentro del elenco. Las dos llevan mucho tiempo trabajando juntas, desde los tiempos de la serie televisiva Mi señora es una espía (2009). Allí Garrote estaba a cargo de la idea y el guión, y Goggi de la dirección general. “El nuestro es un trabajo que creció a lo largo de los años y lo más interesante es comprobar cómo el universo cinematográfico y teatral en nuestro caso se va retroalimentando todo el tiempo”, destaca Goggi.
El guión de El rapto fue escrito “con Rodrigo de la Serna en nuestra cabeza”. Goggi no para de elogiar al protagonista de la película. “No solo interpreta. También escucha, reflexiona, sugiere. Fue un gran socio de todos nosotros”, apuntó. También destaca el trabajo del director de arte Sebastián Orgambide y del director de fotografía Fernando Lockett: “Filmar una película de época en la Argentina es algo muy complicado y sobre todo muy costoso. Lo que van a ver es una producción que a través de la imagen y de la estética se ve como una película de los años 80″.
Al estar detrás de esta producción una plataforma como Paramount+, ¿pensó Goggi en algún momento en contar esta historia con un formato de miniserie similar a la de El crimen del country, el relato sobre el caso García Belsunce que estrenó HBO Max el año pasado? “Nunca nos pasó eso. Siempre quisimos contar la vida del protagonista a lo largo de un año, el tiempo en el que transcurrió la ilusión de un hombre que luchaba por sus ideales. La película fue siempre película. Todo este drama tenía que estar condensado en 90 minutos”, responde la directora, que suma la alegría del debut a sus expectativas cinéfilas.
Ahora, Daniela Goggi promete recorrer la ciudad evocando la mirada de Luchino Visconti y su clásica Muerte en Venecia, mientras también espera durante su estada contar con tiempo suficiente “para ver muchas películas”.
Fuente: Marcelo Stiletano, La Nación