La canción de los Enanitos Verdes que simbolizó el exilio de miles de argentinos en el 2001 y permanece actual
Estábamos en 1986 cuando llegaron a Buenos Aires unas cuantas bandas mendocinas. Alcohol Etílico, Karamelo Santo, por ejemplo ,y especialmente Los Enanitos Verdes. Estos últimos ciertamente eran distintos , no solo entre los mendocinos, sino entre todas las propuestas nacionales que andaban dando vueltas por la ciudad.
Rápidamente se hicieron conocidos, habían sido elegidos banda revelación un par de años antes en el festival de La Falda. Lo que les valió la edición de su primer disco que simplemente se llamó como el grupo. Llegado 1986, Andrés Calamaro se fija en ellos y termina produciéndoles sus siguientes 3 discos. Contrarreloj, Habitaciones Extrañas y Carrousel, todos grabados entre 1986 y 1988. La originalidad y calidad de esos trabajos los dispara al reconocimiento masivo a caballo de unos cuantos hits, “La Muralla Verde”, “El Extraño del Pelo Largo”, “Te vi en un Tren”, “Guitarras Blancas” entre otros, con invitados como el mismo Andrés, Ariel Rot, Gringui Herrera y Ruben Rada. Se presentan en el festival de Viña del Mar y son sensación. Junto a Soda Stereo se convierten en las bandas argentinas que hacen furor en toda Latinoamérica, desde Uruguay hasta México. Eso les abrió puertas que ellos mismos derribaron a patadas para llenar estadios, liderar rankings de todos los colores y llamar la atención de productores musicales más allá de lo que uno hoy podría imaginarse.
Básicamente Los Enanitos Verdes fueron tres, primero después de conocerse en el coro de la escuela, Marciano Cantero, Felipe Staiti y Daniel Piccolo se metieron en eso de armar una banda de rock desde su provincia natal. Terminaron siendo 30 años después Marciano, Felipe y el eximio baterista, un asiduo de esta columna semanal, Jota Morelli, una referencia inesquivable cuando se habla de trascendencia internacional de nuestro rock.
Algunas idas, venidas, vueltas, ingresos, egresos, sumado a algunas separaciones y proyectos solistas, Los Enanitos Verdes siguen, siempre mirando para adelante. Ya en los 90´s rondaban Mendoza, Buenos Aires y México como quien va de la cama al living.
El gran suceso se produce con “Lamento Boliviano”, una brillante canción original de sus coterráneos Alcohol Etílico que ellos mismos llegaron a grabar, pero sería la versión de EV la que definiría el éxito continental, con brillantes performances de Marciano Cantero cantando perfectamente el texto y de Felipe Staiti brillando con un solo inolvidable. El suceso de ese disco se vio empujado con la participación invalorable de la voz de Marciano sumándose a la de su amigo Alejandro Lerner en “Amigos”, canción que terminó popularizándose en una telenovela argentina que se llamó Amigos son los Amigos, con Carlín Calvo y Pablo Rago en el cenit de su popularidad. 300 puntos de rating y récords de discos vendidos en toda Latinoamérica, comparándose la canción al millón de amigos de Roberto Carlos y a “Cuando un amigo se va” de Alberto Cortez. En el sentido de convertirla en un clásico nuevo, entonándosela en cumpleaños, despedidas y fiestas escolares a mansalva.
La tragedia tocó su puerta cuando ya instalados en México sufren un accidente vial donde los Enanitos quedan lastimados y el inolvidable amigo de todos Roberto Cirigliano, que llevaba con la banda casi una vida entera, managereando, produciendo y negociando, encuentra la muerte demasiado joven.
Superarían la pérdida tocando y estando unidos. Así llegan a USA y les va tan bien que instalan una pequeña base de operaciones artísticas allá mismo.
Con Soda Stereo, y más adelante los Fabulosos Cadillacs y los Auténticos Decadentes, son los grupos embajadores del rock argentino, dejando bien alta la vara para los que llegarían después desde ésta, nuestra patria grande latinoamericana.
Hace unos 9 meses murió en Mendoza Marciano Cantero. Un caramelito que nunca nos pasa del todo por la garganta, una triste noticia imposible de digerir aún hoy, y supongo que siempre será así. Jota Morelli ya nos contó hace un tiempo su estadía en los Enanitos Verdes, la enorme capacidad autoral y artística de Marciano, la fortaleza de Felipe Staiti y el apoyo de un público que más que fiel, es parte de la propia historia de la banda.
El mismo público que idolatra a Felipe, uno de esos tipos sin edad, guitarrista dinamitero, el hombre pegado a su Fender. De esos que miras caminar con la guitarra colgada y parece que llevara un crucifijo de plástico, traslada la viola con la misma naturalidad que sube una escalera de embajada. Felipe fue fundador y corazón de EV. Fue el primero de la banda que conocí y me sorprendió su parada en el escenario a lo Richie Blackmore, tocando no se quedaba atrás, pero su actitud escénica no era de todos los días. Pasada la vida y el tiempo hoy lo encuentro tocando con sus hijos que tocan tan bien como él. Tratando de juntar los pedazos de alma desperdigados en el piso para seguir con los Enanitos Verdes, con Jota y quien aparezca sin tratar de encontrar reemplazo sino de seguir con la historia enorme enana. Hermoso contrasentido.
Como buen mendocino, con el enólogo genio Marcelo Pelleriti, creó sus propios vinos Malbec y Syrah que son reconocidos y premiados en todo el mundo. Felipe Staiti fue el primero de una larga lista de músicos argentinos en tener su propia marca. Elegido por las más importantes fábricas de guitarras y amplificadores para ser sponsoreado mientras testea sus productos, su carrera está en el límite exacto entre la perfección y el esfuerzo. Compone, canta y produce, un excepcional artista quizás más reconocido en el exterior que acá, es autor de grandes canciones y productor discográfico de bandas nicaragüenses, mexicanas, argentinas y norteamericanas.
Una de sus hermosas canciones es “Amores Lejanos”, que le da título a uno de los álbumes de EV más recomendables. El tema es un prodigio compositivo que me sorprendí cuando mostrándoselo a mis hijos compruebo que tiene 17 millones de visitas en youtube.
Lo busco a Felipe y le pido explicaciones. “‘Amores Lejanos’ es una canción escrita en los últimos coletazos del 2001 en Argentina. Pasaba que mucha gente se empezaba a ir del país nuevamente. Tenía una amiga, que quería mucho, que se iba a España. Estábamos como empezando una relación. Pero bueno, en esa oportunidad la que se iba era ella, por mi parte siempre andaba viajando, y esa vez el que se quedaba era yo. Sabía que estaba mirando un espejo donde también se iban muchos, familias enteras, se iban padres, novias, amigos, se iban hijos, se iban familias por pedazos, unos a un lado y otros a otro lugar, todos tratando de estar mejor ¿viste? Tratando de torcer su futuro. Esos días sucedía que España era el país elegido para la mayoría. Por eso escribí ‘Amores Lejanos’, viendo como nos convertíamos todos en una sociedad de amores distanciados. Siempre soñando con algún ser querido que teníamos lejos. La canción quedó en el disco que de hecho se llamó ‘Amores Lejanos’, ese fue el disco que produjeron Alfredo Toth y Pablo Guyot. Una obra que queremos mucho. La historia del título es esa, empecé con la melodía de la guitarra, después me apareció la letra entera, se la mostré a los chicos para terminarla y quedó.”
Felipe Staiti, un guitarrista virtuoso, y Marciano Cantero (Gerardo Gómez)
”Esta tarde no pasa nada, las calles parecen desiertas
Carmencita se fue de viaje y quizas nunca más la vea.
Yo mirando por la ventana al asfalto brillando perlas,
Los lugares que frecuentaba no me atraen, ni me interesan.
Y aunque hoy no estás voy planificando
Una y otra vez, amores lejanos.
Y aunque hoy no estás te abro mis brazos.
Y no me quedaré aquí esperando.
Esta tarde no pasa nada, no me puedo olvidar de ella.
Hace un mes que la estoy pensando, no se si de mi se acuerda.
Mi futuro es casi incierto, pero ese no es el problema,
Dónde pongo mis sentimientos…
Si esta noche hay luna llena.
Y aunque no estás voy planificando
Una y otra vez, amores lejanos.
Y aunque hoy no estás te abro mis brazos.
Y no me quedaré aquí esperando”
Mas allá del éxito, las desdichas y los logros de los Enanitos Verdes, lo que no deja de llamarme la atención es la tristemente cíclica historia de este país.
No se cual sería el estilo o la repercusión de una canción semejante a “Amores Lejanos” en la actualidad, pero de lo que estoy absolutamente seguro es que la motivación que encontró Felipe Staiti para hacerla, hoy podría encontrarla cualquier otro inspirado para escribirla.
Fundamentalmente porque la situación nos vuelve a suceder. Situación económica peligrosa, exilios familiares dolorosos, desdicha y desidia por doquier. Parecería que más que un destino, es un karma el de la Argentina. Cambian las caras, cambian los discursos, lo que jamás será diferente es el dolor ante el desarraigo de lo amado.
Es esta la demostración de que una gran canción supera modas y estados de ánimo.
Y que a veces desde la música se pinta una época mejor que con fotos o crónicas políticas en los diarios.
Fuente: Infobae