Miguel Cantilo: «Debemos ponernos a salvo de la demencia colectiva»

76, siete seis, cumplirá este miércoles 5 de noviembre don Miguel Cantilo. Dice que anda calmo y bucólico. Que mantiene su Tai chi chuang diario y, cuando la estación o la circunstancia lo permiten, hace natación. “Pero muy moderado con el ejercicio para no creer que puedo permitirme hacer aquello para lo que ya no me da el cuero”, ríe el cantautor que, además de aquello, prosigue con la sana costumbre de grabar discos. El flamante se llama Amigo. Es el trigésimo sexto que saca desde el legendario Yo vivo en esta ciudad con Pedro y Pablo. Consta de catorce canciones enroladas en la tradición estética, entre trova y rock and roll, que el hombre supo forjar durante más de cinco décadas. “Las tardes se las dedico todas a la guitarra, el canto y la lapicera… mi compañera dice que soy injubilable”, vuelve a reír Miguel.

-Con Amigo van 36 discos ya. ¿Qué ves cuándo te ves para atrás?

-Que quedaron por el camino canciones, canciones y más canciones como un caminito de semillas sembradas. Algunas brotaron más que otras, también están las que ni me acuerdo que escribí y un montón que estoy por escribir o por terminar, porque también me gusta trabajar sobre ideas musicales o temáticas que en algún momento comencé y no llegué a terminar. Es como saldar una deuda y actualizar los recursos para mejorar la propuesta con los medios y la experiencia que tengo ahora y antes, cuando abordaba esas ideas, no tenía para nada.

Presentado ya a sala llena en el Café Berlín, Cantilo hará correr sus nuevas canciones durante noviembre y diciembre, a través de una gira que lo llevará porClaypole, Ramos Mejía, Luján, Hurlingham, Mendoza y Punta del Este (se pueden ver todas las fechas y lugares en su página de Instagram @miguelcantilo). Además de disfrutar de los shows, estar en ellos facilitará encontrarse con un disco que porta otro rasgo original, dados los tiempos que corren: el trabajo total fue solamente editado en soporte físico. Cantilo tomó la decisión con el fin de fortalecer la existencia del CD, además de “reconectar con lo intangible y con la música en su estado más puro”. Por lo tanto, quienes hayan hecho de escuchar música exclusivamente a través de las plataformas virtuales un hábito, solo podrán acceder a seis de las catorce piezas del disco. “Apreciamos mucho la existencia del soporte físico y creemos que si alguien realmente disfruta con la parte que subimos a las plataformas digitales, bien puede hacerse de la placa y seguir disfrutando”, argumenta el creador de “La Marcha de la Bronca” y “Apremios ilegales”, entre tantas canciones incrustadas en el imaginario musical argentino.

-¿Cómo, por qué y para qué nació Amigo?

-Nació como una necesidad de compartir convicciones, de ser útil a quienes me escuchan a partir de la relación que todos y cada uno podemos tener con el amigo interno. Estoy convencido de que es el último resquicio, el último refugio que nos queda para ponernos a salvo de la demencia colectiva en que ha derivado nuestra civilización. La relación con aquello que desde nuestra consciencia más íntima puede comprendernos, ayudarnos simplemente porque somos nosotros mismos pero potenciados por la lucidez y sinceridad que supera la mezquindad del ego.

-La intención que expresás aparece de entrada con “El gran Huracán”, el tema que abre el disco…

-Porque justamente se trata de una crónica de lo que le está pasando al mundo. Vivimos sumergidos en un vórtice de locura ascendente que, sin saberlo, nos está envolviendo a todos. Pero cuando hay huracanes está comprobado que si uno se instala en su centro exacto, queda a salvo de ser arrastrado por el efecto circular. Lo de buscar un lugar donde meditar no quiere exclusivamente referirse a la meditación como actividad esotérica, podemos también entrar en una actitud reflexiva consciente con sólo observar el entorno con amor y paciencia.

-¿Por qué el nombre del tema? ¿Es para todos los que esperás en el centro del gran huracán?

-Y para los demás también. La amistad puede sublimarse porque es una faceta del amor, que es la energía más pura a la que puede acceder el ser humano. No hablo del amor mimoso y franelero, ni del adictivo que suele popularizarse en las películas o historias románticas. Hablo del verdadero amor que quien haya sentido alguna vez por sus seres más queridos reconoce en seguida.

-La canción conlleva también un tratamiento musical que remite a la mejor tradición folk-rock. ¿Cómo es su historia en este aspecto?

-Fue una elección de mi hijo Sufián, que es el compositor y arreglador de la música. Era una letra bastante larga la que le pasé, le pedí que fuera un rock y la resolvió de esa manera. Yo no hubiera podido hacerlo tan bien. Me cautivó apenas lo oí porque me encanta ese estilo dylaniano. Da para contar cosas y a la vez es alegre. Para mí es muy familiar porque me crié con ese tipo de música y afortunadamente, para mis hijos también.

-En general, se te reconoce por las letras, por las historias o las reflexiones que abordás en tus canciones. Sin embargo, sobre todo en tus últimos discos, se nota una mayor preocupación por el trabajo estrictamente musical. La respuesta ya la diste: son tus hijos.

-Sobre todo en este último disco, sí. La influencia de ellos en la música es fundamental. Digo en este porque en los tres anteriores me dediqué más a escribir y cantar compartiendo coautoría con Mariano Díaz. En fin, me apasiona cuando siento que una música resuena en mí, aunque no se me haya ocurrido ponerle una letra y cantarla.

-Se intuye que cada vez menos trabajo te debe estar dando este mundo para que te bajen letras como la de “Usureros S. A”, donde hablás de la Inteligencia Artificial en ella ¿Podrías ensayar una definición más amplia sobre el asunto?

-La Inteligencia Artificial es el mecanismo con que el poder económico real, pero no claramente identificable (por eso el «S. A.») está manipulando la sociedad hasta convertirla en un tecno feudalismo, o sea la tecnología al servicio de la explotación de las mayorías. Es complejo, pero se verifica en el diario vivir: somos esclavos de nuestros créditos, débitos y deudas manejados desde las sombras por la usura internacional. ¿O quién creés que maneja la famosa inflación que nos pone tan locos? Son cuatro o cinco usureros que se reúnen para determinar cómo nos van a hacer la vida más difícil. Pero como dice la letra “Sólo saber, entrever, la trama, permite ver y hasta prever el drama”. Una vez identificado el mecanismo aparecen fuerzas conscientes que pueden ayudar a combatirlo desde dentro de uno.

Clímax sonoro sugerente el de “Adicción”. ¿Por qué esa primacía del piano en la primera parte? ¿Te lo pidió la canción?

-Simplemente es la cualidad interpretativa de Sufián (quien junto al otro hijo de Miguel, Anael, se encargó de producción, los arreglos y la interpretación de sus instrumentos), me pasó esa música tan lírica y extensa y se aparejó mágicamente a estrofas poéticas que tenía yo reservadas para publicar en un futuro libro de estilo barroco que no es fácil de tocar. Me parece que enriquece el texto.

-En “Ayúdanos”, otro tema sugerente del disco, reaparece el concepto de amigo interno. No tenés religión, no tenés ideología, no tenés capital, pero sí un amigo…

-Efectivamente. He transitado por filosofías, religiones y disciplinas durante años y he llegado a la conclusión de que la fuerza superior de la creación existe dentro nuestro, no afuera, en los sistemas manipuladores que buscan controlar y adoctrinar utilizando lo sagrado, sino en lo que represento como un amigo, pero que cada uno es libre de imaginar cómo le parezca. Un aliado todopoderoso al que se puede recurrir en todo momento, quiero decir.

Una canción que el ex Pedro y Pablo elige destacar de su flamante trabajo es justamente la postrera “Suite del Amigo”. “Si alguien sostuvo la atención a lo largo de la escucha del disco y no se cansó, va a llegar a su remate, que es esta Suite. Se trata de un compendio de estados de ánimo, de tributos a esa fuerza interior que va pasando por diferentes ritmos y armonías. Un tema que abarca desde lo íntimo hasta el rock eufórico y el sinfónico, pasando por diferentes climas, todo hilvanado por una idea que es la de homenajear al protagonista principal del álbum. Era una añeja obra de las que nunca pude terminar y ahora mis hijos me ayudaron a que cobrara forma”. 

Otra es “Vamos, Vamos”, una pieza también vinculada a la búsqueda introspectiva: “Esta canción es para todo aquel que se pueda interesar en este tipo de invitación. Reconozco que existe mucha gente a la que le importa un comino que le canten sobre esta temática, pero también hay una minoría cada vez mayor que descubre que en el viaje interior, en la búsqueda de lo trascendente, hay un misterio oculto que vale la pena descubrir”.

-¿En qué consiste el renacer en que hay que creer, que expresás en la letra?

-En que somos seres diseñados para morir y renacer infinidad de veces dentro de nuestra limitada existencia. Se muere a determinadas situaciones y experiencias, y se renace a otras durante todo el curso de la vida. Puede parecer muy metafórico, pero hay que estar dispuesto a morir, a relaciones, conflictos o tribulaciones para “pasar a otra” como suele decirse y dejar atrás las sombras para entrar en la luz. Si no estamos dispuestos a morir a las noches negras, nunca saldrá el sol.

Fuente: Página 12