Claudia Puyó, la voz que hizo (y hace) historia en el blues y en el rock

Cada 12 de noviembre se conmemora el Día del Blues Argentino. En esa fecha, en 1968, el grupo Manal subió a un escenario a cantar blues en español para ser considerados los primeros bluseros de la historia de nuestro rock.

Mucho antes, esta sonoridad había encontrado eco en voces de mujeres, como el caso de Paloma Efron, conocida artísticamente como Blackie, quien grabó junto a sus Boys el clásico “St.James Infirmary”, a mediados de los años 30; o el de Lois Blue, a quien puede verse cantando “Porque eres mi hombre”, un blues de autoría propia, en el film “Días de odio”, de Leopoldo Torre Nilsson, cuando corrían los años 50; y también por aquellos años una muy joven Eladia Blázquez componía por primera vez en su vida una canción, un blues llamado “Humo y alcohol” que grabó con Los Cuatro del Sur, bajo el sello RCA.

Será en la década del 70, que la voz de una cantante extraordinaria comience a hacer historia en el blues argentino.

Yo, Claudia

Es una noche de 1978, y quienes tienen la suerte de estar en Jazz & Pop, el boliche de la calle Chacabuco al 508 en donde se alternaban zapadas con bandas o solistas nuevos, recibirán un impacto inolvidable con la voz e impronta de una adolescente llamada Claudia Puyó.

Había empezado a cantar desde niña arriba de los discos de Aretha Franklin, en su casa de Ramos Mejía, donde la música era una integrante más de la familia. Un padre que amaba la música clásica, una hermana mayor que traía a la casa discos de rock, una vecina que le acercó una guitarra, y Claudia, al ser zurda, desarrolló su método para tocarla dándola vuelta.

Y su voz, claro. Y todo aquello que tenía para expresar.

A los 12 años ya había formado un dúo con su amigo Aníbal Forcada, que se llamó Ana Gris. El primer show del grupo fue en el salón de actos del colegio de San Cayetano de Liniers. Solían ser soportes de Pastoral, quienes ensayaban en la casa de Forcada. El y Claudia oficiaban de «plomos» de la banda; no había en ese momento «plomos» mujeres, Claudia fue la primera. Y Aníbal, el primero en escribir sobre este oficio: es quien compuso “El blues de los plomos”, canción del repertorio de Ana Gris, que más tarde popularizó Leon Gieco.

Claudia participaba también en Trigémino, la banda de rock sinfónico de Marco Pusineri, Jorge Minissale y Juan “Pollo” Raffo y zapaba en Bangladesh, un bar de Ramos Mejía, donde solía tocar con Mollo, Arnedo, Alambre Gonzalez, y muchos otros músicos de la zona oeste.

Quienes no frecuentaban los pubs de esa zona, y no estuvieron en Jazz & Pop esa noche de 1978, ya pronto empezarán a ver y a escuchar a Claudia, pues durante los siguientes cincuenta años que nos traen hasta la actualidad, será una voz fundamental del blues y el rock argentino.

En ella, con ella, celebramos los días del blues argentino.

«El blues de los plomos» (Ana Gris -Aníbal Forcada y Claudia Puyó)

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La inspiración de Claudia

“Las voces de mujeres del blues que me fascinaron fueron muchas realmente -cuenta Claudia en conversación con Telam-. El primer disco que llegó a mis manos fue ‘Soul ‘69’ de Aretha Franklin que, de un lado, era todo blues y del otro lado, era más “soulero”, y tenía una canción muy conocida: se llamaba ‘Rézame una pequeña plegaria’. Una de mis canciones predilectas que llegó a mí tiempo después fue ‘Little girl blue’ de Janis Joplin. También Etta James, Billie Holiday, Ella Fitzgerald, todas esas cantantes negras fueron sorprendentes. Aretha es como mi maestra, una cantante que escuché toda mi vida y canté arriba de sus discos; y del de otras, también: hay muchas cantantes que me gustan, blancas y negras, pero mis comienzos fueron de cantantes mujeres negras. También estuvo Carole King que, siendo blanca, fue versionada por muchas artistas, entre ellas, Aretha, que hizo su versión de ‘You make me feel like a natural woman’, una canción maravillosa que a veces canto”.

«Me haces sentir una mujer natural»

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Los días de Claudia

“Del Oeste” fue su primer disco solista; salió en el 85, “pero yo lo empecé a grabar el día de mi cumpleaños del 84, el 7 de junio. La primera canción que grabé en un estudio en mi vida fue el día de mi cumpleaños”, recuerda la cantante.

Con producción musical de Daniel Freiberg, el álbum contaba con cuatro temas propios de Claudia: “Aquellos tiempos modernos”, “Creo que tengo que decirte algo” “Para ver el sol” y “Vas a llegar a mí”, que compuso con Freiberg. Luis Alberto Spinetta le regaló una canción para que incluya en su debut discográfico: “Viento del lugar”, y el resto de los temas eran de autoría de otros músicos reconocidos: de Miguel Zavaleta, de Miguel Mateos, de Gringui Herrera, y de Daniel “Tano” Vincenti.

«Vas a llegar a mí» (Álbum «Del Oeste»)

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Unos años más tarde se iría a vivir a España. Su producción en el Viejo Continente incluyó la emblemática grabación para» El amor después del amor», tema apertura del disco homónimo de Fito Paéz. Luego de esta grabación, Claudia seguiría en España con su vida: se incorpora a la banda de Kevin Ayers, leyenda de la progresiva británica. En el mismo grupo tocaba el virtuoso guitarrista Peter John «Ollie» Halsall , viejo colaborador de Ayers. 

“Hice una gira por toda Europa con Kevin Ayers, con veintitrés conciertos en treinta días. Yo tocaba teclados y en Londres me subí a tocar con la remera de ‘Acariciando lo áspero’, de Divididos”.

Además de teclados, Claudia tocó guitarra e hizo coros. Las presentaciones del grupo anglo-argentino se dieron en ocasión del lanzamiento de “Still Life with Guitar”, disco de estudio lanzado por Kevin ese año.

Lamentablemente, fue el último en que grabó junto a Ollie Halsall; un final trágico terminó con el rico tridente creativo formado entre Ayers, Puyó y Halsall: el 29 de mayo de 1992, Claudia halló muerto en su casa a Ollie, quien era su novio, además de su compañero de agrupación. Halsall dejaba así una infinita tristeza en el corazón de Claudia, y huérfano a un disco solista producido por Robert Fripp.

Otro de los grupos que formó allí fue “Los Románticos de Artane” (“Artane es el nombre de una droga que se toma para el mal de Parkinson y que en mi barrio de la infancia los pibes la tomaban mucho. De romántico, nada”, explica Claudia). Con esta banda grabó un casette independiente a fines de los 80, titulado “Aparato para sordos”, que recién el año pasado fue editado en CD.

Con esta agrupación Puyó lanzó en 1994 su segundo disco solista, “Cuando te vi partir”. El álbum obtuvo el galardón a Mejor Disco de Rock Nacional Solista Femenina en los premios ACE (Asociación Cronista de Espectáculos). También fue reconocido con el diploma de los Premios Konex 1995 de Música Popular.  Y el videoclip de “Hundiéndome en la oscuridad”, filmado en España, fue uno de los 100 videos más vistos de MTV.

«Cuando te vi partir»

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La década termina para Claudia con un regreso de Ana Gris, aquel poderoso trío que vimos conformarse en la década del setenta, que brindó una serie de shows inolvidables en el año 1999; y con el comienzo de la realización de los demos de su tercer disco solista: “La Razón y la Tempestad”. De este modo se abría la ventana para su trayectoria en los años 2000.

Claudia, la Cazadora de cielos

El nuevo milenio traería efectivamente nuevos discos propios: “La Razón y la Tempestad” (2001), “El ángel” (2008) y “Primavera por un día” (2017), álbumes en los que Claudia brilló de igual manera en el blues como en otros géneros. No obstante, su voz estará siempre asociada a lo mejor del blues local. “La gran voz femenina del blues argentino”, así la presentaba el guitarrista y compositor Claudio Gabis durante un concierto en el Salón Blanco de la Casa Rosada en marzo de 2007. Claudia interpretó allí “Blues del terror azul”.

«Blues del terror azul» (2007)

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Pero el nuevo milenio trajo también una pandemia que nos tuvo a todos con la mirada puesta en los cielos desde las ventanas, los balcones y las terrazas de nuestro aislamiento preventivo. En esos días, Claudia hacía lo mejor que sabe hacer: música.

“’Cazadora de cielos’ es mi disco 6 y 7 porque es un disco doble. El primero contiene canciones mías y con otra gente, y el segundo son todas versiones: canciones de Charly García, de ‘La máquina de hacer pájaros’, de Luis Alberto Spinetta, de Ulises Butrón, alguna versión de otro país, varias cosas”, adelanta Claudia Puyó sobre su nuevo trabajo discográfico.

Este disco, que fue terminado durante la pandemia, no tendrá formato físico y se espera que sea lanzado en plataformas antes de fin de año. “También tiene gráfica de cielos”, detalla Claudia, que se reconoce fanática de la fotografía y de los cielos y que espera poder compartirlos junto al resto del material, incluidas las letras de las canciones. Canciones que suman 28 en total y que Claudia, un poco a contrapelo de la modalidad actual, quiere presentarlas juntas al mismo tiempo, respetando la unidad conceptual de la propuesta. “Los discos me gustan como obras”, confiesa.

«Todo el día me pregunto»

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Joyas nacionales del género, según Claudia

“Canciones del blues argentino hay muchas. Una de mis predilectas es ‘Avellaneda Blues’ de Manal, como ícono, porque es una canción que conocemos muchas personas, todas las que hemos escuchado el género. Es un blues terriblemente maravilloso por su descripción urbana; también está ‘Todo el día me pregunto’ y muchos otros. Es una banda que me conmocionó, cambió algo en mí. Pero también tenemos los de Pajarito Zaguri como ‘La claridad’, que yo canté. ¡Hay mucho blues en Argentina! Como uno de Pescado (Rabioso) que me encanta que se llama ‘Como el viento voy a ver’. Ése es el blues que me gusta a mí, más elaborado tal vez”.

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