COSQUÍN ROCK 2022: FESTIVAL REVOLUCIONARIO

De a poco la frecuencia cardíaca comienza a bajar, esa que minutos antes podía romper cualquier pulsómetro. Las calles que rodean al aeródromo de Santa María de Punilla se llenan de historias, esperando que esta vez sí sea sólo un año hasta el reencuentro. El puente rebalsa de alegría; el arco y su guitarra despiden a los fanáticos, agradecidos por volver a llenar de color y calor sus alrededores. Algunos se quedan a dormir en los campings, para emprender el regreso en la mañana siguiente. Otros, todavía siguen extasiados por la experiencia. El cuerpo empieza a pasar factura y aparece el dolor. De piernas, de garganta… ¡Qué lindo dolor! Pasaron 735 días y mucho dolor del malo en el medio, para poder vivir un nuevo Cosquín Rock.

El sábado fue demoledor y comenzó a mostrar lo que el domingo se confirmaría: en su vuelta, el festival más importante de esta parte del mundo fue REVOLUCIONARIO.

La pluralidad de géneros y generaciones, aún más que en cualquier edición pasada, puso a este Cosquín Rock entre los mejores de la historia, con más de 85 mil espectadores en total. Tan importante era este regreso, que ni el sol se lo quiso perder, el mismo que suele esconderse para dar lugar a las nubes y la lluvia, como en años anteriores. El clima acompañó y se encargó de que la fiesta fuera completa.

En la siesta del domingo, el predio recibía a los fanáticos del día anterior y a nuevos espectadores, deseosos de vivir la experiencia.

La revolución comenzó temprano, en el escenario sur, con el estreno de Natalie Pérez. La cantante, compositora y actriz convocó a su propio público y sorprendió a muchos de los presentes, que se acercaron a escuchar su propuesta. En el mismo espacio llegó después el turno de Nafta, la joven banda porteña que creció en la pandemia y tiene un futuro prometedor.

La gente seguía entrando y, minutos antes de las 18 hs., el escenario norte recibió a Airbag. Los hermanos Sardelli coparon el extremo del predio con clásicos como “Por mil noches”, “Cae el sol”, “La partida” y “Solo aquí”, pero también le regalaron al público una interesante versión de “La balada del diablo y la muerte”, la misma que lanzaron a mediados del 2021.

Se aproximaban las 19 hs. y la pregunta para gran parte de los fanáticos seguía siendo la misma que cuando se dio a conocer la grilla: ¿Fito o La Vela? ¿La Vela o Fito? A las 19 hs. comenzaba el show de la banda uruguaya en el escenario norte y, 20 minutos después, debía empezar el artista rosarino en el sur. Un retraso de más de media hora en el show de Fito Páez solucionó la ecuación, ya que sólo coincidieron en tres canciones.

La banda del “Enano” y el “Cebolla” jugó fuerte de entrada, saltando a escena con “Va a escampar” y “Sobre la sien”, haciendo delirar a la gente con éxitos de todos los tiempos. Por supuesto que no podía faltar la presencia de “Manolo” Manuel Ferreiro, para viajar hasta 1998 y hacer un llamado a la melancolía con la canción “Pedro”. Y también hubo estrenos: por primera vez en el festival -ya lo habían hecho en la edición virtual-, sonó “La madriguera”. Nuevamente, La Vela Puerca estuvo llena de magia.

La masa se mudaba al sur, para cantar con euforia los clásicos de Fito. “Guarden energía que la van a necesitar”, anticipaba el rosarino. “Vamos a lograrlo” fue el tema inicial, pero el público estalló con las fenomenales versiones de “11 y 6” y “Al lado del camino”. De una lista de 14 canciones, sólo quedó en el tintero “Dar es dar”, que no pudo hacerla como consecuencia del retraso.

Entre ambos shows, “La Franela” brilló en el escenario Córdoba y regaló a los presentes una emocionante versión de “Bicho de ciudad” junto a “Micky” Rodríguez, el ex bajista de Los Piojos y actual líder de “La que faltaba”. Y si hablamos de pluralidad, a la misma hora en el espacio “Nueva Tinta”, Dillom sorprendió con un gran show a puro trap.

Y en la mezcla de generaciones, después de Fito llegó un local con trayectoria internacional: Juan Ingaramo. El cordobés inició su presentación con “Cuartefunk”, para hacer bailar al extremo sur del aeródromo.

A las 20.30 hs. el escenario norte explotó: llegó “La Aplanadora del Rock”. Divididos le regaló al Cosquín Rock otro momento inolvidable, con más de 20 canciones de todos los tiempos. Sobran las palabras -o en realidad faltan los adjetivos- a la hora de describir cada uno de sus espectáculos.

“Somos agua, cuidemos el agua”, dijo Ricardo Mollo, para que el aplauso de los presentes sea unánime. Una vez más, el vocalista de Divididos se manifestó en contra de la megaminería y entregó un mensaje que vale la pena replicar.

“La Aplanadora” cerraba su show en el norte y, en el centro del predio, Las Pelotas comenzaba el suyo. La banda de liderada por Germán Daffunchio tocó ambos días en un espacio propio, que permaneció colmado de espectadores en cada presentación.

Tras confirmarse que Rata Blanca se bajaba del festival, el escenario norte se alistaba para la fiesta ricotera: en su lugar subía “Kermesse Redonda”, en un tributo a la banda de La Plata.

Párrafo aparte para la sorprendente actuación de “Miranda!”, que convocó a una impresionante cantidad de fanáticos en el escenario sur e hizo bailar a todos, con un show enérgico, cambios de vestuario y clásicos que todos alguna vez escuchamos.

Una vez más, el choque de generaciones. Otra vez, la revolución del Cosquín Rock. Llegaba la medianoche y el epílogo de un fin de semana que nadie quería que se acabe. En el sur, el debut de María Becerra, la artista joven del momento. En el norte y por primera vez en las 21 ediciones del festival, “La Mona” Jiménez.

María Becerra entregó diez canciones, que llegaron al corazón de un público joven que la sigue en cada presentación. Fue la antesala de un gran cierre en ese extremo del predio, a cargo de Bándalos Chinos.

Pero la fiesta del escenario sur se llevó las portadas de todos los medios, siendo la imagen del día en un momento histórico del Cosquín Rock. “Seguí en carrera” depositó al astro del cuarteto bajo las luces, para desatar una fiesta total con “Amor secreto”, “Tinta china”, “El Federal”, “Ramito de violetas”, “Muchacho de barrio”, “La pupera de María”, “El marginal” y “Beso a Beso”, entre otros grandes éxitos.

El cierre fue un cuarteto clásico con aires de rock: acompañado de Juanse, “Micky” Rodríguez y José Palazzo, “La Mona” ponía un broche de oro a la noche con “Quién se ha tomado todo el vino”. Pero, fuera de lista, habría tiempo para una canción más. A pedido del vocalista de Ratones Paranoicos, repitieron “Beso a Beso” para fundirse en un abrazo final.

Música para todos los gustos, generaciones unidas arriba y abajo del escenario y un festival inolvidable, luego de dos años de espera. ¡Chapó, Cosquín Rock!

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