El Museo MAR festeja su primera década en el marco de la temporada de verano
Ubicado en la zona norte de Mar del Plata y a 10 años de su inauguración, con la emblemática obra de sitio específico de Marta Minujin y su Lobo de mar dorado, el Museo de Arte contemporáneo (MAR) expande los límites de las disciplinas y propone, además, una agenda amplia, diversa, accesible, integrada por artistas bonaerenses.
Con distintas propuestas y actividades y más de 500 artistas y 2000 obras reunidos en 53 muestras, además de performances, conciertos, festivales, proyecciones, ciclos para las infancias, las conferencias y presentaciones de libros y talleres el Museo apunta a habitar los más de 7000 metros cuadrados dedicados al arte contemporáneo.
La propuesta cultural provincial que hace un año restauró la escultura ideada como obra efímera y trocada en permanente de Minujín, cumplió el 27 de diciembre un nuevo aniversario desde su inauguración.
Como corolario del programa anual de la «Agenda plural de los 10 años» lanzada en 2023, el MAR se proyecta en 2024 como extensión conmemorativa que invita a presenciar «una programación extendida durante la temporada de verano con propuestas diversas y gratuitas dirigidas a todas las audiencias», destinada tanto a los habitantes de la ciudad portuaria y al turismo que la visita.
A su vez, el aniversario promueve una programación no enfocada especialmente en las muestras artísticas, sino en una serie de actividades entre las cuales la música cobra gran relevancia, como fue el Festival Pleamar realizado a principios de diciembre.
En sí, la agenda que es impulsada por el Instituto Cultural de la Provincia de Buenos Aires ofrece un lugar especial a la práctica artística provincial con «presentaciones de artistas abarcando expresiones musicales de vanguardia y experimentación, puestas performáticas, capítulos sinfónicos, festivales de artes electrónicas y talleres», informaron desde el museo.
En el transcurso de los últimos años, el MAR centró su atención en las producciones bonaerenses, una tarea que continúa bajo la dirección de Ezequiel Pérez Sáenz.
«El museo tiene pensado este año una programación que incluye diversas actividades», explica el director, además de las exposiciones de Luis Felipe Noé, «sin duda uno de los artistas más importantes que tenemos en Argentina» y de Bienalsur, piensan al museo como dinámico, por lo cual incorporan «en la programación distintas disciplinas artísticas», porque «el perfil del museo fue variando y este año encontramos en ese dinamismo una expresión que nos permite involucrarlas».
Pero además, trabajan en articulación con los salones bonaerenses para la exhibición y con el Museo Provincial de Bellas Artes Emilio Pettoruti de La Plata desde lo patrimonial.
«Estamos generando acciones que nos permitan mostrar el dinamismo que tiene el museo hoy en día, y a su vez darle un empuje al arte contemporáneo que es la razón de ser del museo, con distintas acciones y con artistas visuales que van a estar exponiendo este año», dijo en diálogo con Télam.
También destacó el gran protagonismo del museo «que permitió generar en Mar del Plata un polo cultural y un polo de desarrollo urbanístico en la zona norte que favoreció a la ciudad». Y señala que «Mar del Plata con este museo se convirtió en un faro», pero a su vez, este espacio fue «necesario habitarlo» y que los «distintos artistas pudieran expresarse», generando de este modo «una dinámica distinta del museo desde los comienzos con la ´Ola pop´ hasta hoy», indica refiriéndose a la cualidad diversa y dinámica del museo que no es el mismo que hace 10 años.
«Significó darle a la ciudad, a la provincia, un salto de calidad en términos de cultura, identidad, de desarrollo de artistas emergentes, de distintas alternativas que fueron generando una propuesta cultural que Mar del Plata no tenía, y encontró en el arte contemporáneo la excusa para poder desplegarla», resume Pérez Sáenz.
Pero a esto se suma la importancia de sr una institución pública que permite «generar acciones que puedan ser gratuitas» y esté garantizado «por el Estado el acceso y el disfrute de los bienes culturales».
Entre los desafíos está el trabajo sobre la identidad desde el cual se busca involucrar a los artistas de la provincia en «un espacio que permite y genera las condiciones desde su razón de ser», expresa.
Además, en la búsqueda de propuestas participativas que contengan e involucren al público, generan «acciones tanto dentro como fuera del museo» para que las personas «puedan sentirse parte», evadiendo de este modo la distancia tradicional meramente contemplativa.
La forma es «con una propuesta artística que involucre a las artes visuales, performance, danza, espectáculos asociados, las infancias» donde se desarrolle «una propuesta de extensión y educación participativa, y se invite a la reflexión». Y agrega: «El dinamismo de los museos de hoy en día se tiene que ver reflejado en el Museo MAR porque es un museo muy diverso, por los públicos que lo visitan».
Por otro lado, más allá del rol social, «la propuesta educativa del museo siempre tuvo un rol central», indica Pérez Saénz, y explica que durante el año trabajan con «instituciones educativas públicas y privadas, asociaciones civiles, organizaciones nucleadas con distintos públicos que nos permiten ir construyendo una identidad propia de lo que es hoy el museo MAR«.
«Pasamos de considerar al museo un templo de saber a ser una escuela», y explica que tratan «de generar un museo que tenga un pulso vital constante, que pueda estar en movimiento» y otorgue «instancias que inviten a la reflexión, más que respuestas concretas».
«Me parece que el desafío en términos educativos asociados al arte es justamente eso, que quien nos venga a visitar se pueda llevar más dudas que certezas, sobre todo porque el arte contemporáneo despierta eso en términos de las subjetividades», apunta.
En definitiva, desde lo educativo se apunta a «apropiarse de estas novedades, de este arte contemporáneo, para poder desplegar alguna línea de acción más reflexiva», o al menos, señala, que los visitantes puedan decir si les gusta o no lo que vieron, «pero que también despierte la chispa de la inquietud, la duda o las ganas investigar un poco más».
¿Hay un modo de existir especial? «No sé si lo hay, sí que al ser Mar del Plata un centro turístico central de la provincia y Argentina te obliga a configurar una programación que contemple esos públicos diversos. Sin duda no es lo mismo el verano que otro momento del año para la ciudad, pero para nosotros que pensamos un museo como un espacio receptivo de distintos artistas que puedan expresarse, generar reflexiones asociadas al arte, tratamos de unificar esta programación y a lo largo del año vamos generando una línea común de identidad bonaerense. No escapa a esto que en el verano haya una propuesta más lúdica o de esparcimiento porque también hay que comprender la complejidad que genera el verano marplatense», concluye Pérez Sáenz.
Como parte de la agenda 2023, en julio Bienalsur inauguró su cuarta edición con la muestra colectiva «EXTRAordinario» que reúne obras de 20 artistas de Argentina, Colombia, Uruguay, Brasil, Turquía y Francia, curada por Florencia Battiti y Fernando Farina. En la muestra que puede visitarse en dos de las salas, resuenan los aspectos del presente que van desde lo ambiental hasta el consumo, el cuidado hasta la forma en que la vida cotidiana se vuelve extraña, como puede observarse en los muebles cortados por la mitad del artista francés Pierre Ardouvin, por ejemplo.
Por otro lado, Luis Felipe «Yuyo» Noé expone «Visión Quebrada» que con instalaciones y pinturas propone un recorrido que interpela «la función del artista» donde «la pintura de Noé se expande, atraviesa disciplinas y arma un entretejido de materialidades», según indica la curadora Cecilia Ivanchevich.
El MAR, proyectado por el Estudio Monoblock fue inaugurado tras cuatro años de construcción en 2013, siendo uno de los pocos museos diseñados desde el vamos para este fin, algo que queda como testimonio visual en el video lanzado el día del aniversario en el canal de YouTube @museo_mar.
Considerado uno de los museos más grandes y modernos del país, ha recibido millones visitas a sus muestras, mientras que miles de personas asistieron a recitales, conferencias, proyecciones de cine y festivales, además de contar con el «programa de articulación y extensión educativa».
Las tres salas de exhibición tienen «las virtudes necesarias para convertirlas en multifacéticas y adaptables a los requerimientos potenciales de diferentes tipos de muestras», indican sobre un diseño espacial maximizado.
Para su inauguración, Minujín montó un «Lobo Marino de Alfajores» en el exterior del museo que pasó a ser la primera obra patrimonial del MAR.
Se trata de una instalación de 10 metros de altura realizada en hierro y metal recubierta por 50.000 envoltorios de alfajores Havanna. La acción inicial era ofrecer uno de esos papeles para ser canjeado por los «espectadores» por un alfajor de verdad (llegando a los 14 mil intercambiados), fusionándose en ese acto «las esculturas de lobos marinos de José Fioravanti y los alfajores marplatenses».
La programación estival comenzará el 5 de enero con «Café Cultura en el MAR», en el auditorio, y cerrará el 24 de febrero con «Jugando al juego que jugamos» del Ciclo para Infancias. Las actividades pueden consultarse en la web de Télam.
A su vez, el programa de extensión propone los espacios de La Isla con actividades didácticas que funcionará todos los días de 16 a 21:30; el Espacio Laboratorio como lugar de reflexión y el Espacio Salas que a las 20 invitará a recorridos participativos de la muestra de Noé; mientras que diariamente, entre las 16 y 19 tendrán lugar las actividades semanales sobre distintas temáticas en el museo, que abre de 16 a 22, de martes a domingos.
Fuente: Télam