Pacho O’Donnell: “Ante el encierro, decidí no dejarme castrar”

Subirá al escenario de la mano de Mario Benedetti, un amigo que “vivía con pudor su gran inteligencia”. A los 79 años, Mario Pacho O’Donnell -ex secretario de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires y de la Nación, designado por Raúl Alfonsín y Carlos Menem respectivamente- le pondrá el cuerpo a la pieza de la que es autor: A la izquierda del roble.

Se trata de un homenaje a Mario Benedetti, a su vida, sus ideas, su humor y, sobre todo, a su inolvidable poesía. O’Donnell compartirá las tablas con Alejandra Darín, Marcelo Balsells y Sergio Vainikoff, dirigidos por Daniel Marcove.

Será en el Centro Cultural de la Cooperación (CCC), desde el 6 de agosto y con solo ocho funciones. A la izquierda de un roble es el título de un bello poema de Benedetti sobre el amor y el desamor que se deshoja en el Jardín Botánico.

O’Donnell ha aprendido a lo largo de su trayectoria como legislador porteño y senador nacional el ejercicio de la declaración medida, sobre todo cuando la entrevista se realiza por zoom y se graba. De modo que a la hora de las declaraciones más políticas elige la mesura y ante alguna pregunta, el silencio.

-¿Cómo decidió subirse al escenario?

-He tenido la osadía injustificable de subirme a un escenario, pero estoy rodeado de un gran equipo. Con esta obra recordamos a un amigo mío, uruguayo, gran poeta y persona, muy querido por los argentinos, que tuvo mucho que ver con nosotros porque vivió parte de su exilio en Buenos Aires.

Mi amigo Tito Cossa dice que los autores somos actores cobardes (se ríe). Toda la poesía de Benedetti es naturalmente muy musical. Joan Manuel SerratDaniel Viglietti, Alberto Favero, Pablo Milanés, Numa Moraes, todos han hecho bellas canciones sobre la poesía de Mario Benedetti.

Pero además pocos poetas han expresado algo tan difícil como el amor. No me extrañaría, Susana, que alguien haya intentado conquistarla con unos versos de Benedetti. Son recursos que todos hemos utilizado alguna vez, incluso sin decir el nombre del autor. Escribir y subirme al escenario respondió al desafío de sobrevivir de la mejor manera posible. Porque esa es la sensación que provoca el encierro, como la del exilio, y me decidí a no dejarme castrar y a no perder mi pasión por la vida.

La política puede empeorar el tema de la pobreza, pero no puede resolverlo

Pacho O’Donnell

-¿Qué recuerda de Benedetti?

-Era un hombre muy tímido. Vivía con pudor su gran inteligencia. Se cuidaba de hacer alardes, pero cuando estaba entre amigos o con algún vinito encima era más expresivo y tenía sentido del humor. Estuvo muy comprometido con la realidad latinoamericana de su época, militó por la libertad y la democracia y fue uno de los fundadores del Frente Amplio en Uruguay. Por eso sufrió persecución y exilio.

-¿Qué le evoca a usted Benedetti, un sueño perdido o una revolución posible?

-Me conecta con un ámbito que no es transitado por mí: la poesía. Nunca escribí poesía y en una situación como la pandemia, donde hemos pasado situaciones extremas de angustia, pérdida, incertidumbre, miedo, nada mejor que la poesía para explicarlo todoBenedetti habla de temas muy necesarios como el amor, la justicia, la libertad…

-¿Cómo ha atravesado usted este cúmulo de incertidumbres que nos trajo la pandemia?

-Psicoanalíticamente [el entrevistado es médico psicoanalista] hay un tema muy grave y creo que éste será uno de los traumas más difíciles de elaborar. Sobre todo, cuando no se trata de una incertidumbre sino de varias juntas.

Nos preguntamos: ¿qué país va a quedar después de esto? ¿volverán mis clientes? ¿podremos mantener nuestro trabajo? ¿se enfermará alguno de mis seres queridos? ¿podremos abrir nuestro comercio?

A todo esto súmele la depresión inevitable por las pérdidas que hemos sufrido. Todos hemos perdido algo en esta pandemia. Hemos perdido seguridad, trabajo, clientes, ahorros, contratos. Algunos, hasta extremos insufribles, como los más humildes que viven una situación dramática.

Yo he tenido momentos de angustia, etapas de insomnio. Ha sido un trauma colectivo. Esta crisis dejará muchos daños: gente habituada a consumir alcohol o medicamentos, a comer demasiado, a caer en depresión, a sufrir neurosis de angustia. Habrá que desarrollar políticas de Estado como las de las posguerras. Ha faltado una visión psicológica para tener en cuenta las consecuencias de esta pandemia.

Esta crisis dejará muchos daños: gente habituada a consumir alcohol o medicamentos, a comer demasiado, a caer en depresión, a sufrir neurosis de angustia

Pacho O’Donnell

-Usted, que ha transitado el exilio, ¿no cree que esta crisis se acentúa en la Argentina por la ausencia de esperanza en la gente?

-Es muy posible, porque hay algo que nos aflige y es una profunda crisis económica. Recién hablábamos de la incertidumbre: ¿qué futuro nos espera? ¿podremos salir? Algunos optimistas pensaron que la pandemia iba a mejorar el mundo, pero ahora vemos que ha incentivado las diferencias entre los más ricos y los más pobres.

Hemos visto el extremo egoísmo de los países poderosos. Y se me ocurre esta reflexión: no podemos hablar de postpandemia, porque no estoy seguro de que la pandemia vaya a pasar en algún momento. Creo que tendremos que acostumbrarnos a vivir en un mundo pandémico. Eso ya está pasando en algunos países. Nos tendremos que adaptar a contagiarnos, este virus no es el de la viruela, que se erradicó.

Soy muy poco optimista. Pero también soy un luchador y pensé en no dejarme vencer. Aunque traté de mantener mi vida cultural activa, toda la situación me restó creatividad. He podido corregir cosas, pero mi energía no ha sido la misma que en otros tiempos.

-¿Qué le preocupa más del afuera?

-Yo no soy distinto a los demás. He perdido tres contratos con el exterior así como importantes ahorros, porque no he generado ingresos como generaba antes. Me siento como el resto que ha tenido que elaborar pérdidas. Lo que más lamento es que han acentuado las diferencias. Me gustaría recordar que la fortuna actual de Jeff Bezos, el dueño de Amazon, es de 190 mil millones de dólares.

Si tenemos en cuenta que, según los más optimistas, el Banco Central de Argentina tiene 40 mil millones de dólares de reservas, el señor Bezos tiene cinco veces más. Con el crecimiento de todo lo virtual, Bezos llegó a ganar en un día 13 mil millones de dólares.

Eso tiene un correlato: a medida que se acentúa la acumulación de riquezas de algunos poderosos también crece la pobreza. Eso hay que resolverlo, pero no creo que la política pueda hacerlo. Tal y como está actualmente, la política es muy débil.

Nuestra política no tiene el nivel que debería tener

Pacho O’Donnell

-Bueno, no hay otro camino, no cree?

-Es que la política puede empeorar el tema de la pobreza, pero no puede resolverlo. Es muy serio, porque no está claro cuál es la solución. La política puede paliar pero no resolver. Y esto es también un grave problema de la política argentina. Hay que ensayar alguna forma de solución. Eso no quita que, por eso mismo, nuestra política no tiene el nivel que debería tener.

-¿Cómo observa el mundo de la cultura?

-Ha habido esfuerzos de parte del Ministerio de Cultura a nivel nacional y también de organismos provinciales, pero la gente de la cultura y el arte ha sufrido mucho. Quizá es inevitable. Ahora vamos a trabajar en el CCC con un aforo de 40 personas. Allí no hay proyecto comercial posible, sino una vocación y sentir que uno está tratando de vivir una vida plena.

El Estado y la cultura

O’Donnell recorre luego su trayectoria como secretario de Cultura de la Nación, durante el gobierno de Carlos Menem, destacando que su prioridad fue proponer leyes. Así se consiguió la sanción del Instituto Nacional de Teatro (INT) y el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa), con presupuestos independientes.

Y tanto la Biblioteca Nacional como el Teatro Nacional Cervantes fueron descentralizados. Y concluye que también el Ministerio de Cultura debe tener recursos genuinos: “Hay que apuntar a que Cultura tenga sus propios recursos, que sean sustantivos y no subsumidos a otras áreas. De lo contrario la cultura queda a merced de las contingencias”.

Historia. Pacho, en la presentación de su libro sobre Artigas, en 2012. Foto Marcelo Genlote

Historia. Pacho, en la presentación de su libro sobre Artigas, en 2012. Foto Marcelo Genlote

-¿Qué ley propondría si hoy fuera ministro de Cultura de la Nación?

-Primero no aceptaría el cargo, pero si le sigo el juego hoy estuve viendo la inauguración de los JJOO en Tokio y vi algo deslumbrante desde lo tecnológico. La cultura se ha quedado muy atrás en nuestro país, porque no es solo un libro o un concierto. Yo trabajaría mucho en la relación de cultura y progreso tecnológico, sin descuidar lo tradicional. En eso hay que poner el énfasis.

-Usted siente que nuestro país está muy atrás?

-Sí, estamos atrás. Eso no debería deprimirnos sino estimularnos porque tenemos capacidad científica para llevarlo adelante. La pandemia nos ha mostrado lo que tenemos y también lo que no tenemos.

Hay que apuntar a que Cultura tenga sus propios recursos, no subsumidos a otras áreas. De lo contrario la cultura queda a merced de las contingencias

Pacho O’Donnell

-Advierte que la Argentina atraviesa una suerte de degradación de su cultura cívica y política?

-Puedo estar de acuerdo con usted, sobre todo en los medios más masivos. Pero he podido ver obras muy interesantes aunque marginales. Hay películas notables filmadas con un celular. Creo que hay búsquedas que hoy no pasan por donde siempre pasaron y lo marginal se volverá “oficial”. Por ahí vendrá el futuro.

-Me refería a la cultura política. Los ejemplos se derraman sobre la ciudadanía y el panorama es grieta, confinamiento, pandemia, odio, distanciamiento de nuestros afectos ¿Puede la cultura tender puentes para achicar todo esto?

-Como apasionado de la Historia le digo que la grieta es una constante. Tanto en la Historia argentina como en la universal. La grieta es choque de intereses contrapuestos, entre un sector que domina y un sector que paga los costos. Si nos atuviéramos a Marx lo llamaríamos lucha de clases.

Después hay grietas más elegantes y más torpes. Me parece muy torpe que a una parte de la grieta le parezca mal todo lo que hace la otra parte, y viceversa. Eso empobrece mucho el discurso político. Sumado a que la política cada vez puede resolver menos cosas reales y no hay una buen calidad de nuestra política. Es muy decepcionante y amenazante. La gente está enojada y no tiene mucha paciencia.

La vieja grieta

Consultado sobre el origen de la profunda división que existe hoy entre los argentinos, O’Donnell se remonta a la etapa de la Organización Nacional y pone el acento en Facundo o civilización y barbarie en las pampas argentinas, el libro de Domingo Faustino Sarmiento. Aunque usa solo la referencia “civilización o barbarie”.

-Según ese proyecto, Buenos Aires debía ser una Europa de este lado del océano y la barbarie era lo gauchesco, lo criollo, los pueblos originarios. No está mal haber querido incorporar lo mejor de Europa. Lo malo fue negar lo propio, algo que tenemos en la base de nuestro país.

Carecemos de sentido patriótico. Psicológica y culturalmente hemos incorporado que lo ajeno es mejor que lo nuestro. Esto no es una banalidad, sino que se traduce como carencia de patriotismo. No suele resaltarse que nuestra dirigencia política carece de amor a la patria y de amor por sus compatriotas.

Por eso se han firmado esos préstamos endeudatorios que perjudican a nuestro país, con la idea de que Dios ha muerto y no hay infierno. Fíjese que las fechas patrias pasan sin emoción, nadie sabe quién fue Güemes o San Martín.

-Le recuerdo que en un discurso presidencial se mencionó a Macacha Güemes como la mujer de Martín Miguel, cuando era su hermana. Conocer la historia del país que se gobierna es esencial, no cree?

-…..

-Esta degradación de la cultura no viene de la ciudadanía sino de la dirigencia.

-La dirigencia pone esto en evidencia, es un problema. Hemos tenido muy malos dirigentes, aunque también muy buenos.

-Hablemos de su futuro.

-En septiembre se estrenará, también con dirección de Daniel Marcove, Un papel en el viento, una obra que tiene que ver con el encierro con el excelente Juan Manuel Correa. Y le cuento con alegría que Ricky Pashkus está organizando la adaptación musical de mi libro sobre Juana Azurduy.

Ficha

Cuándo: Desde el 6 de agosto en el Centro Cultural de la Cooperación (Av. Corrientes 1543).

Funciones: Los viernes a las 19.

Entradas: $100.

Dónde comprar:  http://www.centrocultural.coop o https://www.alternativateatral.com/obra59400-a-la-izquierda-del-roble.

Fuente: CLARÍN

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