Pedro Aznar: «La música urbana es la respuesta cultural al momento político que nos toca»

En entrevista con el diario colombiano El Tiempo, Pedro Aznar conversó sobre esta nueva producción musical, de su momento actual, del movimiento cultural de los años 70 y, por supuesto, de política.

-En cuanto a la música y la manera de hacer y comercializar música, ¿qué extraña del pasado?

-No soy de extrañar el pasado, soy una persona que mira más hacia adelante, pero siento que antes había una dedicación diferente, más seria y muy entregada a la vocación. Si bien antes era más difícil hacer llegar tu música a la gente y había menos canales disponibles para hacer conocer tu música había, no sé, una disciplina mayor en cuanto al desarrollo de la profesión del músico.

-En esta época ¿podría surgir una banda como Serú Girán? O empezarían a incomodar porque la música es muy larga, muy profunda, etc.

-Lo de los negadores y lo de la gente que pone peros y trabas y palos en la rueda siempre ha existido. Es más, te diría que tal vez existía más antes. Serú Girán pudo hacer lo que hizo en gran parte porque era un grupo que tenía un sello discográfico independiente. Entonces, gracias a que ese camino era independiente, podíamos hacer la música que queríamos, de la duración que quisiéramos y que los discos sonaran como se nos daba el antojo a nosotros. Las trabas han estado siempre y yo creo que en un punto esas trabas funcionan como alicientes o funcionan como disparadores.

-¿Cómo funcionó eso con Serú Girán?

-Cuando te dicen que algo no es posible es cuando más ganas te dan de ir y ver que sí se puede. Nosotros (Charly García, David Lebón, Oscar Moro y Pedro Aznar) teníamos esa actitud. La actitud de patear el tablero, de tratar de superarnos a nosotros mismos todo el tiempo y de hacer la música que verdaderamente nos gustaba, más allá de lo que fueran las modas de la época o lo que los críticos esperaran. Creo que eso es algo que trasciende las épocas. La música que más me gusta de la que se hace hoy está a las claras que está hecha de esa misma manera. Está hecha contra viento y marea. Le gusta a quien le guste y le pese a quien le pese.

-El movimiento cultural de la década del 70 en Latinoamérica, en medio de momentos muy trágicos y dictaduras sangrientas, consiguió momentos artísticos que ya no se podrán repetir, ¿o sí? Todos esos cuestionamientos, todas esas ganas de derrotar al sistema parece que ya no existen.

-Lo que pasa es que estamos hablando de un sistema que era un sistema asesino. Era un enemigo muy pesado, muy poderoso. Y que no respondía a nada. No necesitaba responder a nada porque eran gobiernos autocráticos, eran dictaduras absolutamente salvajes. Felizmente en nuestros tiempos pasa otra cosa. Vivimos en democracia, con los vaivenes de la democracia, con los sostenidos y los bemoles que implica la democracia, con sus pros y sus contras. Es un sistema pluralista, en principio, por lo menos como idea, y es un sistema abierto a la decisión de la gente. Es un sistema que permite, por lo menos en teoría, la libre expresión de las ideas. Vivimos en democracia, con los vaivenes de la democracia, con los sostenidos y los bemoles que implica la democracia, con sus pros y sus contras.

-Hay gente que podría decirle que no es un sistema perfecto…

Por supuesto que este sistema tiene trampas, por supuesto que le han torcido el brazo, por supuesto que es mejorable. Eso es innegable. Pero por lo menos estamos en un marco político infinitamente superior y mucho más plural y mucho más abierto de lo que eran las dictaduras de aquellos tiempos. Entonces yo creo que la característica del oponente es muy distinta hoy. Algunos podrán decir que no. Algunos podrán decir que sí. Yo digo que es menos acuciante hoy en día lo que pasa o que es menos trágico. Siguen ocurriendo tragedias porque el sistema político falla, sin lugar a duda. Pero no del cariz y de la temperatura y de la tragedia que implicaban aquellos tiempos.

-¿Y en cuanto a la respuesta cultural?

Si bien es muy distinto el momento, yo no estoy tan de acuerdo con que hoy no haya una respuesta cultural al momento político que nos toca. Yo creo que sí la hay, por ejemplo, el fenómeno que se ha llamado música urbana. Hay muchos y muy buenos ejemplos de gente que está diciendo cosas fuertes. Y creo que ese es el estilo musical que continúa hoy con esa mirada crítica social.

-¿Usted escucha música urbana?

¡Sí! Es un género que tiene muchísimo para decir. Hay gente que lo está haciendo, que lo está diciendo y que tiene una postura política muy interesante. La música urbana está hablando de los temas de este tiempo y es una gran plataforma para decir cosas porque hace un uso intensivo de la poesía. Es música que usa la palabra de manera muy intensa y profunda. A mí como poeta no, no puede dejar de interpelarme y de involucrarme. Veo gente que hace maravillas con la palabra.

-¿Cuál es su canción más importante? Como persona y como artista.

Para mi carrera definitivamente A primera vista, que es una canción que yo no escribí. Yo hice la versión castellana, pero es una canción del querido y admirado amigo Chico César, de Brasil. Esa canción me puso en la órbita de mucha gente. Entonces, como carrera, te diría que tal vez esa es una de las más importantes, si no la más importante.

En cuanto a mi gusto personal y la canción que sea de mi propia autoría, que yo sienta que es mi trabajo más logrado, es definitivamente Quebrado. Cuando cantas algo que te pasó, es doblemente duro, porque es poner la piel arriba del fuego, pero, a su vez, es muy curativo. Te lleva a entender tu dolor, a procesarlo, a poder superarlo.

-¿Por qué?

Porque es una canción que tiene todo lo que a mí me gustaría que tenga una canción: una buena factura musical y una buena factura lírica. Lo que dice es muy sentido, es muy honesto, es muy difícil de decir. En esa canción me mostré roto frente al público. Cuando cantas algo que te pasó, es doblemente duro, porque es poner la piel arriba del fuego, pero, a su vez, es muy curativo. Te lleva a entender tu dolor, a procesarlo, a poder superarlo y convertir el dolor en canción, lo sana. Escribir esa canción me sacó de las llamas en un momento muy complicado.

-Después de cantar una canción muchas veces en vivo, ¿sigue conectándose con esas emociones o ya pasa a ser repertorio?

Nunca pasa a ser repertorio de una manera despojada. Siempre está conectada con los sentimientos. Los cantantes, de alguna manera, somos también actores. Uno está contando una historia. Eso fue escrito con la sangre y siempre es inevitable volver a la emoción. Cuando canto una canción como Quebrado, la emoción es real, está ahí y yo necesito conectar con eso. Pero, por supuesto, no vuelve el dolor como era en ese momento; si no, sería insoportable.FUENTE: Diario El Tiempo de Colombia

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